Biografías

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Anna Paquin

Nació:

24/07/1982

Canadá

Valoración: 7,0 (8 votos)

Biografía:

Filmografía
Anna Helene Paquin es una actriz canadiense y residente en Nueva Zelanda conocida por su papel protagonista en la serie sobre vampiros True Blood, ideada por Alan Ball (creador de otras ficciones de éxito como A dos metros bajo tierra), donde interpreta a Sookie Stackhouse. Sin embargo, su éxito llegaría con tan solo 11 años, cuando se convirtió en la segunda ganadora de un Oscar más joven de la historia por su papel en El Piano (1993), justo por detrás de Tatum O'Neal. Según ella misma ha contado, se presentó al casting de la película para ahorrarse un día de clase y acompañar a su hermana, que era quien realmente quería el papel en el filme.

El récord no se acaba ahí, y es que además ostenta el reconocimiento de ser la primera actriz canadiense en recibir un Oscar y la única neozelandesa que lo tiene (posee doble nacionalidad, a pesar de que ella siempre se ha considerado de Nueva Zelanda). A pesar de lo que se pueda pensar, Anna advirtió que el Oscar no suponía ningún punto de partida, puesto que no tenía pensado dedicarse a la interpretación, y más bien soñaba con convertirse en primera ministra de su país o en abogada, aunque la presión de directores y productores acabó provocando su vuelta al cine.

Anna acabó trasladándose a Estados Unidos con su madre para poner en marcha su carrera, donde llegó a cursar hasta un año en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Así comenzaría de nuevo una carrera que incluye papeles en películas como X-Men (2000), Casi famosos (2000) o The Romantics (2010), junto a Katie Holmes.

En cuanto a su vida privada, dos hechos en concreto han sido especialmente relevantes en los últimos años: primero, el que mantenga una relación sentimental en la vida real con el que es su pareja en la serie, Stephen Moyer y, segundo, que con motivo de una campaña para la concienciación en Estados Unidos admitiera en un anuncio televisivo su bisexualidad. Se considera adicta al café y al trabajo, toca el piano y el violonchelo, y sigue siendo recordada por protagonizar una de las entregas de Oscar más curiosas de la historia: subirse al escenario, no decir nada, empezar a reír y provocar la misma risa en el público, para después agradecer en cuatro palabras y reunirse de nuevo con sus padres en las butacas.
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