Diane Keaton

Diane Keaton le debe mucho al teatro. Fue ahí donde dio sus primeros pasos como actriz y donde conoció a algunas de las personas que marcarían su vida personal y profesional. A principios de los setenta, se hizo famosa protagonizando el musical Hair. Fue poco antes de conocer a Woody Allen, con el que inició una relación coincidiendo con el estreno de Sueños de un seductor (1972).

Ese mismo año, un tal Francis Ford Coppola llamó a la puerta de su camerino para ofrecerle el papel de Kay Corleone en la primera y segunda parte de uno de los mejores films de la historia: El Padrino (1972 y 1974).

Paralelamente siguió trabajando con Woody Allen y logró el Oscar a la mejor actriz por Annie Hall (1977). Gracias a esa película, Keaton instauró una nueva moda entre las mujeres, adoptando un estilo de vestuario más masculino, con predominio de las líneas rectas y los pantalones de campana.

Aunque no volvió a ganar la preciada estatuilla, Diane Keaton fue nominada en otras tres ocasiones: por Rojos (1981), La habitación de Marvin (1996) y Cuando menos te lo esperas (2003). Y aunque a principios de los ochenta ya había roto su relación con Woody Allen, siguió trabajando para el director neoyorquino en films como Días de radio (1987) o Misterioso asesinato en Manhattan (1993).

En los últimos tiempos, Keaton ha espaciado mucho más sus apariciones en la gran pantalla, limitándose a algunas comedias románticas que la han sacado del ostracismo de manera puntual y con no demasiado éxito, si exceptuamos la mencionada Cuando menos te lo esperas.

Diane no se ha casado nunca ni tiene previsto hacerlo, pero sí ha mantenido otros idilios aparte del de Woody Allen, por ejemplo con el actor y director Warren Beatty. Lo que sí ha hecho es adoptar dos hijos en 1996 y 2001. Y su gran espina es no haber triunfado como directora, a pesar de que insistió en llevar a cabo un remake de El ángel azul con Madonna de protagonista, proyecto que gracias a Dios nunca cuajó.