Béla Tarr

Béla Tarr es un guionista, actor y director de cine de nacionalidad húngara. Entre otros reconocimientos, en 2005 obtuvo el premio a mejor director extranjero en el festival de Cannes.

Este cineasta creció en Budapest junto a su familia. A los diez años acudió junto a su madre a un casting del que resultó elegido para realizar un papel en una tv movie inspirada en la novela breve ‘La muerte de Iván Ilich’, de Tolstói. Este fue su primer contacto con el mundo del cine, al que seguiría otra grabación, la de la película ‘Temporada de monstruos’ de Miklós Jancsó.

El siguiente paso fue realizar su propia cinta en 8 mm. Esta película breve, sobre la vida de unos trabajadores gitanos, hizo que gobierno de su país le prohibiera estudiar lo que él quería: filosofía. Así, de las opciones que le quedaban eligió la que más le agradaba: la dirección de cine.

No en vano, a los 16 años había comenzado a grabar sus propios proyectos, en la mayoría documentales de corta duración, que pronto consiguieron llamar la atención de los Béla Balázs Studios.

Sería con ellos con quienes Béla Tarr lanzó su primer largometraje, titulado ‘Nido familiar’. Para entonces solo contaba con 22 años, pero ya tuvo claro uno de los rasgos que mantendría a lo largo de toda su filmografía: la cinta sería grabada en blanco y negro.

Esta obra debut se filmó en seis días, con un presupuesto nulo que no permitió contratar a artistas profesionales. En su lugar, Béla Tarr recurrió a amigos y familiares y a localizaciones abiertas de gran originalidad que imprimieron el aire socialista-realista tan en boga en el cine húngaro del momento.

Tras el éxito de esta cinta, Béla Tarr se convirtió en estudiante de la Escuela Húngara de Artes Teatrales y Cinematográficas. ‘El intruso’ y ‘Gente prefabricada’ fueron algunos de sus siguientes cintas, siendo esta última la primera en la que pudo contratar a actores profesionales.

En lo sucesivo, Béla Tarr iría limando su estilo a través de títulos como ‘Macbeth’ y construyendo un lenguaje propio que muchos asocian con el de otro cineasta, Andrei Tarkovsky: planos largos, mirada metafísica, metáforas visuales, etc.

Películas como ‘Satantango’ y especialmente ‘Journey on the Plain’ harían ya a finales de siglo que su trabajo saltara a la primera línea.

Algunas de las películas más aplaudidas de su madurez son ‘Las armonías de Werckmeister’, ‘El hombre de Londres’ y ‘El caballo de Turín’, la que dijo que sería su última cinta.