Bette Davis

Bette era hija del abogado Harlow Davis y de Ruth Favor Davis, los cuales se divorciarían, cuando ella sólo contaba con 8 años. De este modo juntamente con su hermana fueron a vivir con su madre. Aunque el primer pensamiento de Bette era hacerse bailarina, enseguida lo desestimó para centrarse por completo en la interpretación.

Se trasladó a Nueva York donde estudió en la Escuela de Interpretación de John Murray Anderson. En 1929 debutó en Broadway con gran éxito, especialmente con la obra Broken Dishes.

Ante tal triunfo, los estudios Universal se interesaron por ella, y le ofrecieron un contrato, aunque estos años los pasó sin pena ni gloria. Posteriormente se fue a la Warner, pero el trato fue parecido, menos por el director Michael Curtiz que la hizo destacar en sus cintas Esclavos de la tierra y 20.000 años en Sing Sing.

Poco a poco fue demostrando película tras película, que todavía tenía mucho talento que demostrar, y la gran oportunidad llegó en 1934. La Warner cedió a Bette a la RKO, donde protagonizó el film Cautivo del deseo (1934).

El éxito que le aportó su personaje, le permitió protagonizar mejores películas, como Peligrosa (1935), cinta que le aportó un Oscar a la mejor actriz o El bosque petrificado (1936).

Su fuerte e indomable carácter era un sello característico de la actriz y provocó enfrentamientos constantes con los estudios. A partir de uno de ellos, la actriz se marchó a Inglaterra pero finalmente Jack Warner logró hacer que volviera con la condición que sería tratada como una estrella. Pero las disputas a causa de la discriminación entre hombres y mujeres continuarían durante mucho tiempo.

En esta segunda etapa en la Warner, Bette Davis protagonizó películas tan importantes como Jezabel (1938) de William Wyler, film que le proporcionó un nuevo Oscar.

Hacia la década de los 40 los proyectos de la actriz fueron menguando y su trayectoria entro en declive, reduciendo su prestigio.

Sin embargo un nuevo proyecto le reportaría la mayor fama de toda su carrera. J. L. Mankiewicz la eligió para interpretar a Margo Channing en la película Eva al desnudo (1950). Sin embargo a este gran éxito le siguieron otras no tan meritorias.

Ya en los 60 Bette volvió a lucirse en la cinta dirigida por Robert Aldrich, ¿Que fue de Baby Jane?, donde compartía cartel con otra de las grandes actrices de la época dorada, con la cual mantenía una gran rivalidad, Joan Crawford.

Sus apariciones en la pantalla empezaron a espaciarse y a alternarse con proyectos televisivos. A pesar de su avanzada edad, Bette aceptó a intervenir en dos nuevas producciones: Las ballenas de agosto y Mi madrastra es una bruja.

En 1989 Bette Davis moría afectada de cáncer, considerada la mejor actriz dramática de todos los tiempos, capaz de provocar con sus interpretaciones todo un cúmulo de emociones y todo un símbolo en el mundo del celuloide y fuera de él.