Christopher Reeve

Christopher D'Olier Reeve fue un actor y director de cine de nacionalidad estadounidense, conocido por el gran público tras encarnar al mítico superhéroe de cómic 'Superman' en diversas películas.

Tras el divorcio de sus progenitores en 1956, el joven Christopher y su hermano vivieron junto a su madre en Princeton, Nueva Yersey. Sería en esa localidad donde Reeve daría sus primeros pasos en el mundo de las artes, ejerciendo durante el instituto como ayudante del director de orquesta del centro y tomando parte en un pequeño coro de la localidad, donde educó su voz de barítono.

A los 15 años debutó como actor en el Williamstown Theatre Festival. Así, tras su graduación por la Universidad de Cornell fue seleccionado junto a su gran amigo el actor Robin Williams para formarse en arte dramático en Nueva York, al tiempo que interpretó sus primeros papeles profesionales: en la serie de televisión 'Love of Life', su debut en Broadway con 'A Matter of Gravity' (protagonizada por Katharine Hepburn) y la película 'Alerta roja: Neptuno hundido', de 1977.

A pesar de su éxito, Christopher Reeve consideraba por aquel entonces que su esfuerzo no estaba recompensado económicamente, por lo que tanteó trabajar junto a su padre como payaso. Entonces llegó el papel que convertiría su rostro en uno de los más conocidos del planeta: el de Clark Kent y Superman.

El taquillazo dirigido por Richard Donner y sus posteriores secuelas alzaron a Christopher Reeve a lo más alto; éxito refrendado por sus actuaciones en cintas como 'Somewhere in Time', la controvertida 'Monsignor', 'Las bostonianas' o 'Anna Karenina'.

Con un físico imponente pero bonachón y un 1.93 metros de altura, Reeve se centró durante finales de los 80 y la primera mitad de los 90 en la televisión, para regresar en 1993 a la pantalla grande con 'Lo que queda del día'.

Christopher fue siempre aficionado a la equitación, hobby que cambió su vida trágicamente al caerse durante una competición hípica y fracturarse las dos primeras vértebras cervicales. Era el 27 de mayo de 1995 y ya nunca volvería a caminar.

Gracias a la ayuda de su segunda mujer mujer, la actriz y cantante Dana Moroshi, pudo superar la depresión en la que el accidente lo sumió y se centró en su frenética actividad social y filantrópica, además de realizar esporádicas colaboraciones televisivas y debutar como director en el telefilme 'In the Gloaming'.

Tras una dura lucha contra el deterioro de su cuerpo, Christopher Reeve falleció a los 52 años por un ataque cardíaco, tras tomar un antibiótico para aliviar una de las tantas infecciones que contrajo en sus últimos años.