Clive Owen

Como muchos actores británicos, Clive Owen consolidó una notable carrera en el teatro antes de dar el salto al cine. Nació en Keresley, un pequeño pueblo del centro de Inglaterra, y creció sin su padre biológico, un cantante de country que le abandonó cuando tenía 3 años. En su adolescencia, Owen formó parte de una compañía de teatro juvenil. Luego pasó al teatro profesional e interpretó papeles como el de Romeo en la tragedia de Shakespeare. El rol de Julieta fue para su actual esposa, la actriz Sarah-Jane Fenton.

Ese mismo año (1988), Owen debutó en el cine con la película Vroom. Su reputación sufrió un duro (e injusto) revés en 1991, cuando encarnó a un chico enamorado de su hermana mayor en la incestuosa Con mis ojos cerrados, otro producto británico. No regresaría al cine hasta 1996 con Ambición peligrosa, un descafeinado thriller protagonizado por Halle Berry. Pero Owen no se dio por vencido y poco después ofreció su mejor cara en Croupier, ganándose de nuevo el respaldo del público.

Empezó entonces la época dorada de Owen, que de momento no parece tener fin. El actor trabajó con Robert Alman en Gosford Park y se las vio con Matt Damon en El caso Bourne. En 2004 consiguió trabajo en Closer, una de las revelaciones del año, y fue el rey Arturo en el film del mismo nombre. Hizo que saltaran chispas entre él y Jennifer Aniston en la, por otro lado, previsible Sin control; intervino en la adaptación del cómic Sin City; y arriesgó su vida por la del resto del mundo en Hijos de los hombres.

Su porte varonil, su voz de barítono y su elegancia le han convertido en uno de los actores más codiciados del siglo XXI. Superados los 40 años, Owen rezuma profesionalidad por los cuatro costados y sigue adorando la música de David Bowie, una de las personas más influyentes de su vida.