Gloria Grahame

Gloria Grahame, cuyo nombre real era Gloria Hallward, fue una famosa actriz de nacionalidad estadounidense de cine, teatro y televisión. En 1952 pasó a la historia del cine, tras alzarse con el Oscar a mejor intérprete secundaria por su intervención en la película ‘Cautivos del mal’.

Su madre era actriz y profesora de teatro. Por eso, desde niña Gloria Grahame se formó en el campo de la interpretación y pronto logró destacar como una hábil actriz teatral. Durante su época como estudiante adoptó el nombre artístico de Jean Grahame; un nombre que cambiaría al poco tiempo.

Y es que mientras actuaba en los escenarios de Broadway durante la década de los 40 el magnate de la Metro Goldwyn Mayer Louis B. Mayer se fijó en ella, para dar, así, comienzo a su carrera cinematográfica.

Su belleza y finura de movimientos cautivó de tal manera al empresario, que con solo 20 años y ninguna experiencia frente a las cámaras de la gran pantalla a sus espaldas este le ofreció un contrato con una de las majos más potentes del momento.

Fue entonces cuando Grahame adoptó el nombre artístico de su madre y mentora; un nombre con el que ya firmaría su debut cinematográfico, ‘Blonde Fever’, una película en la que dio vida a una vampiresa junto a Mary Astor y Phillip Dorn.

‘Sin amor’, junto a Spencer Tracy y Katharine Hepburn, sería uno de sus siguientes trabajos; aunque sin duda, la fama la alcanzaría con su intervención como secundaria de lujo en la mítica ‘Qué bello es vivir’, dirigida por el cineasta Frank Capra en 1946.

A pesar del éxito que logró con estas actuaciones, la Metro decidió no renovarle el contrato; por lo que Grahame se vio obligada a cambiar de estudio. La RKO sería siguiente destino. Aunque no estuvo junto a ellos demasiado tiempo, tuvo ocasión de protagonizar algunas míticas cintas como ‘Encrucijada de odios’ o ‘En un lugar solitario’, dirigida por su segundo marido, Nicholas Ray (antes se casó con el actor Stanley Clemens).

A lo largo de su carrera, Gloria Grahame destacó en papeles sensuales y de mujer segura de sí misma; algo que, al parecer, no podía alejarse más de verdadera personalidad.

Esta actriz que sufría de severas dificultades visuales estuvo casada también con el escritor Cy Howard y con su propio hijastro, nada más y nada menos (hijo de Nicholas Ray); lo que dañó gravemente su imagen pública.

Otras de sus cintas más conocidas son ‘El mayor espectáculo del mundo’, ‘Los sobornados’ o ‘Deseos humanos’.