Greta Garbo

Greta Lovisa Gustafsson nació en el humilde barrio de Södermalm, en Estocolmo.

Trabajó como dependienta en unos grandes almacenes y allí mismo fue contratada para hacer una campaña publicitaria. De su breve carrera como modelo, dio el salto al mundo de la interpretación, y empezó a rodar en la década de los años 20.

Louis B. Mayer quedó encandilado por su belleza y se la llevó a Hollywood en 1925. Allí empezó su carrera hacia al estrellato, explotando sobretodo su imagen de mujer fría y distante. Debutó con El torrente. Pero sus grandes éxitos fueron sobretodo El demonio y la carne y Ana Karenina.

Greta Garbo fue una de las pocas actrices que supo cómo mantener su estatus con la llegada del cine sonoro. E incluso llego a rodar una película muda, cuando la nueva tecnología ya estaba instaurada en todos los estudios.

Sin embargo con Ana Christie quedó claro, que Garbo no tenía ninguna dificultad en adaptarse al nuevo medio. La cinta se promocionó con la frase "¡Garbo habla!". Así en esta nueva etapa, volvió a triunfar con cintas como Maria Waleska o la divertida comedia Ninotchka.

Fue nominada como mejor actriz por la Academia Americana de Cine en 1930, 1932, 1937 y 1939, pero nunca recibió un Óscar. Aunque años más tarde se le otorgaría un Oscar honorífico, el cual no fue a recoger. Garbo siempre fue una mujer solitaria, con un semblante muy serio que únicamente fue interrumpido en Ninotchka en la cual de repente suelta una carcajada que sorprendió a medios y espectadores.

Cuando su carrera se encontraba en lo más alto, Garbo decidió retirarse a la edad de 36 años. Desde ese momento no volvió a ponerse delante de la cámara. Y vivió de manera misteriosa y enigmática, hasta que en 1990 murió víctima de una neumonía.