John Huston

La ciudad de Nevada tuvo el privilegio de ver nacer a uno de los mejores directores de la historia del cine: John Marcellus Huston, de raíces irlandesas y escocesas de las que pareció heredar su tesón. Tuvo problemas de salud cuando sólo era un niño, pero los superó y demostró su fortaleza haciéndose boxeador. Su carrera fue corta pero brillante (ganó 22 de los 25 combates que disputó), aunque también recibió lo suyo, como se apreciaba en su curiosa nariz.

Tras pasar por Broadway, inició su carrera cinematográfica como extra de películas mudas. Estudió una temporada en París y, al regresar a Estados Unidos, consiguió sus primeras nominaciones al Oscar como guionista de La bala mágica (1940) y El sargento York (1941). La Warner Brothers estaba tan satisfecha con él que le dio la oportunidad de dirigir El halcón maltés (1941).

Desde entonces, el curriculum de Huston incluye un éxito tras otro. Ganó los Oscar al mejor director y guionista por El tesoro de Sierra Madre en 1948, justo cuando se iniciaba su época dorada, la década de los '50, con producciones como La jungla del asfalto (1950), La reina de África (1951), Moulin Rouge (1952) y Sólo Dios lo sabe (1957), todas ellas con una o más candidaturas a los premios de Hollywood. Además, fue una de las figuras que se reveló contra las listas negras que perseguían a actores y directores por sus presuntas relaciones con el comunismo.

Por si esto fuera poco, demostró que también sabía actuar ante las cámaras y ganó otra nominación a los Oscar por El Cardenal (1963), de Otto Preminger. Luego regresó a la butaca de director y siguió triunfando con títulos inolvidables como El hombre que pudo reinar (1976) y El honor de los Prizzi (1986). John Huston falleció el 28 de agosto de 1987 en el mismo estado donde nació, Rhode Island, pero en otra localidad: Middletown.