John Wayne

John Wayne nació en el seno de una familia de descendencia escocesa e irlandesa. Su verdadero nombre era Marion Michael Morrison, aunque sus vecinos empezaron a llamarle Big Duke ya que siempre estaba con su perro, al cual llamaba Little Duke. En realidad Wayne prefería Duke a Marion, apodo que le quedó para el resto de su vida.

Aunque su infancia estuvo marcada por la pobreza, consiguió llegar a la Universidad mediante el futbol, ya que fue un jugador estrella en su escuela de secundaria.

Pero no pudo terminar sus estudios, ya que una lesión mientras nadaba truncó su carrera deportiva en el futbol americano.

Sin embargo mientras realizó sus estudios, empezó a hacer pequeños papeles en distintas producciones a cambio de conseguir entradas para los partidos a la estrella de cine Tom Mix. A partir de aquí entabló amistad con el cineasta John Ford.

Tras pequeñas participaciones en varias cintas, el primer papel protagonista de Wayne lo conseguiría dos años después de la mano de Raoul Walsh, su descubridor y quien le daría el nombre de "John Wayne", en La gran jornada (1930).

Cuando ya nadie pensaba que Wayne fuera a llegar a ningún lado, Ford le confió un papel en La diligencia película que le convertiría en una estrella.

Aunque parecía que el western, el actor quiso probar otros géneros, acabando por participar en películas tan variopintas como Mando siniestro, Hombres intrépidos, o Piratas del mar del Caribe. Sin embargo entre Ford y Howard Hawks se encargaron de situarle como uno de los mayores estandartes del western al protagonizar Fort Apache, Río rojo, La legión invencible, y Río Grande.

Sin embargo Wayne nunca renunció a hacer otro tipo de cine, y a su vez participó en la comedia romántica titulada El hombre tranquilo junto a Maureen O'Hara.

Pese a ello, fue el género del western el que le dio toda su fama y el que lo consagró como una verdadera estrella de la historia del cine: Centauros del desierto, Misión de audaces y El hombre que mató a Liberty Balance.

Tras un pequeño fracaso con El Álamo, con el que tuvo que trabajar duramente para recuperar pérdidas, Wayne volvió a protagonizar westerns de renombrada fama como El Dorado o Valor de ley, con el que consiguió un Oscar al mejor actor.

Ya en la década de los 70 realizó un par de películas policíacas donde seguía interpretando a ese hombre duro y honrado. Pero pronto regresó a los paisajes del viejo Oeste.

John Wayne contrajo un cáncer, a causa de la radiaciones que sufrió en el rodaje de la película histórica El conquistador de Mongolia, que se realizó cerca de un campo de pruebas nucleares. En 1964 se le diagnosticó un cáncer de pulmón, que erradicaron con una operación quirúrgica. Finalmente el 11 de junio de 1979 falleció a causa de cáncer de estómago.