Liam Neeson

Liam Neeson nació en Irlanda del Norte la primavera de 1952 y ejerció los más variopintos trabajos antes de enrolarse en el cine: fue empleado de la Guinness, conductor de camiones, ayudante en un estudio de arquitectura e incluso boxeador amateur, lo cual debió dársele bastante bien teniendo en cuenta sus 193 centímetros de altura.

Pero a finales de los setenta le picó el gusanillo del teatro y se trasladó a Dublín, donde interpretó a los clásicos. Fue allí donde le descubrió el director John Boorman, que acababa de ser nominado al Oscar por Defensa, y le propuso participar en la película Excalibur (1981) como Gawain. Neeson aceptó y ahí empezó su carrera en la gran pantalla.

De todas formas, los ochenta fueron una especie de travesía del desierto para un Neeson que apenas destacó en algún capítulo de televisión (por ejemplo en Corrupción en Miami). Logró críticas positivas en 1987 con Sospecha, donde secundaba a Cher y Dennis Quaid, y por fin se le reconocieron sus cualidades con Darkman (1990), de Sam Raimi.

Así llegamos a 1993, año donde Liam Neeson triunfó definitivamente al liderar el reparto de La lista de Schindler, de Steven Spielberg, ganadora de siete Oscar. Neeson fue nominado en la categoría de mejor actor pero se quedó sin la estatuílla (en su lugar se la dieron a Tom Hanks por Philadelphia). Al año siguiente compartió película con Jodie Foster en la dramática Nell.

Su nombre completo es William John Neeson y mide 1,93 metros. Estuvo casado con la notable actriz británica Natasha Richardson desde el 3 de julio de 1994. Su mujer falleció en 2009 tras sufrir una caída cuando recibía una clase de esquí en un centro vacacional de Canadá. 

Liam Neeson es actualmente un actor respetado en la industria del cine y muy versátil, capaz de aparecer en films de ciencia ficción (La amenaza fantasma, dentro de La Guerra de las Galaxias), comedias románticas (Love Actually), películas históricas (El reino de los cielos) o aventuras infantiles (Las crónicas de Narnia)... Sin olvidarnos de Kinsey (2004), posiblemente su mejor interpretación dramática junto a la ya comentada de La lista de Schindler.