Lindsay Lohan

Cuando apenas era una niña inocente de Nueva York, Lindsay Lohan ya había tomado contacto con la interpretación; aunque, eso sí, dentro del terreno de la publicidad. Salió en decenas de anuncios de comida rápida, bebidas y hasta marcas de coches. Su pelo rojo y sus pecas causaban sensación entre los publicistas.

Un buen día, la reputada guionista Nancy Meyers pensó que Lindsay sería la niña perfecta para el doble papel protagonista del remake de Tú a Londres y yo a California (1998), y aunque la película no fue ni mucho menos un éxito de taquilla, el público admitió que la jovencita tenía bastante desparpajo.

Con estas credenciales, era cuestión de tiempo que Disney le echara el guante. La todopoderosa empresa de cine familiar le hizo contrato por tres películas. Así, Lindsay Lohan se convirtió definitivamente en actriz profesional, pero solamente para comedias románticas en las que solía hacer el rol de pija adolescente, como Quiero ser superfamosa o Chicas malas, ambas de 2004.

Lindsay hizo un intento por convertirse en una actriz más seria, y no lo hizo del todo mal en El último show (2006) o Bobby (2006). Sin embargo, su carácter irracional fuera de la pantalla le hizo ser carne de cañón para la prensa rosa, que fue a por ella en cuanto cumplió la mayoría de edad. Cada escándalo superó al anterior (alcohol, sexo, drogas, rumores de todo tipo) y eso la perjudicó física y mentalmente.

Por si esto fuera poco, Lohan protagonizó una lamentable película en 2007 titulada Sé quién me mató, donde hacía de stripper. En España, el film se lanzó directamente en DVD. Pese a todo, Lindsay aún mantiene una considerable legión de fans y aún hay quien confía en ella para hacer películas. Aún es muy joven y tiene tiempo de sobra para remontar el vuelo. Esperemos que lo consiga.